En el Libro Rojo de las Aves de España (Madroño, A. et al. 2004) el avetoro común (Botaurus stellaris) se encuentra catalogado como "en peligro crítico de extinción", categoría similar a la que la especie figura asignada en el Catálogo Aragonés de Especies Amenazadas C.AA.EE. y que por tanto obliga al Gobierno de Aragón, al establecimiento de un Plan de Recuperación que todavía no ha sido redactado.
En nuestro país se reproduce de forma muy escasa la subespecie stellaris que ocupa el Paleártico, con una población muy fragmentada y dispersa. Esta garza es residente en España, al parecer con dispersiones que se producen una vez terminado el periodo de cría y con aumentos poblaciones invernales debido a la llegada de aves procedentes de norte de Europa (SEO/BirdLife).
Avetoro común (Botaurus stellaris)
Laguna de Sariñena (Huesca); 03/03/08
Fotografía: José Luis Beamonte
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A finales de la década de los 90 su población reproductora en la Península Ibérica fue estimada en no más de 25 machos territoriales (Bertolero, A. y Soto-Largo, E. 2003), situándose la principal población -entre 12 y 17 machos- en la zona media del Valle del Ebro (Soto-Largo, E. 2002) tras su disminución y/o extinción durante el transcurso de esa década en otras áreas ibéricas donde la especie había nidificado con anterioridad (Bajo Guadalquivir, centro de España, Aiguamolls de l´Empordà, Delta del Ebro y Comunidad Valenciana).
A partir de comienzos del presente siglo la evolución de sus núcleos reproductores en España ha sido bastante irregular e incluso se ha apreciado un cierto aumento de sus efectivos, con una cifra de al menos 40 territorios estimados a comienzos de la presente década, gracias sobre todo a la recolonización acontecida en el entorno de Doñana donde se detectaron 26 territorios en el año 2011 y al mantenimiento de la población navarro-aragonesa que se estimó en nueve territorios para esa misma temporada (Garrido, J. R. et al. 2012).
.- Presencia histórica en el Valle del Ebro:
De acuerdo con los datos ofrecidos por diversos autores, la evolución histórica de la especie en el Valle Medio del Ebro señala que hasta mediados del siglo XX, el avetoro estaba ampliamente distribuido por el tramo medio del río Ebro y sus afluentes (entre Tudela y la Comunidad Foral de Navarra y Caspe en Aragón), con una población de unas 40-60 parejas que habría ocupado unas 2000 has. de lagunas, galachos y zonas bajas de inundación con vegetación palustre (Urdiales, C. 1992).
De acuerdo con los datos ofrecidos por diversos autores, la evolución histórica de la especie en el Valle Medio del Ebro señala que hasta mediados del siglo XX, el avetoro estaba ampliamente distribuido por el tramo medio del río Ebro y sus afluentes (entre Tudela y la Comunidad Foral de Navarra y Caspe en Aragón), con una población de unas 40-60 parejas que habría ocupado unas 2000 has. de lagunas, galachos y zonas bajas de inundación con vegetación palustre (Urdiales, C. 1992).
A partir de entonces habría seguido la misma tendencia regresiva apreciada en el resto de su área de distribución peninsular, hasta las 15-20 parejas estimadas en 1976, y 12-15 pp. hacia 1980. A comienzos de la década de 1990 su situación habría sido extremadamente crítica, con una población mínima estimada en 2-3 parejas en tan solo tres localidades: Estanca de Escorón y Barranco de La Clamor de Monzón en Aragón, y embalse de Las Cañas en Navarra, desapareciendo las poblaciones de La Rioja y del interior de Cataluña (Lérida) (De Juana, E. 1990; Urdiales, C. 1992).
Estanca de Escorón en la comarca de Las Cinco Villas
Humedal donde se reproduce el avetoro común
Presencia regular de la especie en las tres últimas décadas
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Tal y como se ha referido al inicio de esta nota, y coincidiendo con un ciclo hidrológico muy favorable en el conjunto de la Península, será a partir de los años 1994-1995 cuando su población en el Valle Medio del Ebro comienza a recuperarse (entre 12 y 17 machos territoriales), con un núcleo principal de 6-9 machos localizados de forma dispersa en pequeños embalses y balsas de la comarca de Las Cinco Villas (Zaragoza) y Bardenas Reales (Navarra), y otros más pequeños situados en las lagunas de Pitillas (Navarra) y Sariñena (Huesca) (Lekuona, J. M. et al. 2017), localidad esta última donde ya fueron detectados individuos aislados en los años 1991 y 1992 (com. J.M. Sánchez, L. Lorente y R. Muñoz).
En el artículo dedicado al análisis y evolución de su población en la región aragonesa, editado en el Vol. VIII del AODA (Lekuona, J. M. et al. 2017) Ver enlace, y gracias a los trabajos de seguimiento auspiciados por la Diputación General de Aragón y el Gobierno de Navarra que tuvieron lugar entre los años 2003 y 2015, se presentan de forma pormenorizada los resultados obtenidos durante ese periodo en los dos principales núcleos de cría aragoneses (Cinco Villas y Laguna de Sariñena), además de mencionar la presencia puntual de la especie en la laguna turolense del Cañizar.
Un ejemplar de avetoro volando sobre un carrizal
Laguna de Dos Reinos (Navarra/Aragón)
La especie inverna allí regularmente en años recientes
14 de enero de 2016
Fotografía: Jesús Mari Lekuona
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En los humedales de Las Cinco Villas el número de machos censados se mantuvo muy bajo, oscilando entre 2 y 4 entre 2001 y 2007, y estimándose un máximo de 9 machos en los años 2009 y 2010 (Lekuona, J. M. et al. 2017). Entre los años 2011-2015 las cifras no dejaron de disminuir y en el periodo reproductivo únicamente se detectaron algunos avetoros en la Estanca de Escorón, con hasta 3 ejemplares en 2013 (AODA Vol. VIII) y 2015 (Lekuona, J. M. et al. 2017).
No obstante, también fueron registrados varios individuos aislados en pleno periodo invernal (AODA Vols. VIII y IX -en edición-) fundamentalmente repartidos por arrozales y regadíos de Ejea de los Caballeros (ene. y nov. 2012), Plano de Buena Vista (dic. 2013), Erla (feb. 2012), laguna de Dos Reinos (nov. 2012 y 2013 -com. H. Sarasa-, dic. 2012, dic. 2013, ene. 2014 y ene. 2015) y lagunazo del Moncayuelo en Pinsoro (ene. y feb. 2012, dic. 2013).
A partir de 2016 y hasta la fecha, destacan los registros obtenidos nuevamente en primavera para la Estanca de Escorón (con un máximo de 2 machos y una hembra a finales de abril 2016) y también en zonas de arrozales (com. Aitor Mora), así como varios datos de ejemplares aislados presentes en Escorón durante los meses de enero, febrero y diciembre 2017 (AODA Vol. IX -en edición-) y también febrero 2018 (com. J. Ruiz y S. Lois en FB ORNIARAGON), además de otro individuo que fue fotografiado en arrozales de Ejea a finales de octubre de 2017 (com. D. Blaj en FB ORNIARAGON) y varias citas regulares de aves invernando en Dos Reinos (com. J. M. Lekuona).
En el reciente informe presentado por personal técnico de SARGA/Gobierno de Aragón (Pelayo, E. 2020; memoria inédita) y que incluye la realización de varios censos simultáneos en la época de cría (meses de abril y mayo) para el conjunto de humedales de Las Cinco Villas, entre los años 2016 y 2019 se detectaron 7 ejs. (2016), 6 ejs. (año 2017), 4 ejs. (año 2018) y 3 ejs. (año 2019) repartidos en ocho diferentes localizaciones, aunque únicamente el Carrizal de Escorón fue el que arrojó resultados positivos durante los cuatro años del periodo, con un máximo de dos individuos por temporada (meses de mayo de 2018 y 2019).
Actuaciones de mejora del hábitat en la laguna de Sariñena
Llevadas a cabo por el GA en marzo 2012; Leer noticia
Localidad que llegó a albergar la mayor población ibérica
Fotografía: Gobierno de Aragón
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En el caso de la Laguna de Sariñena y debido a la extensión de la masa de carrizos, los autores del estudio referido destacan la complejidad que supuso el desarrollo de censos adecuados, teniendo que recurrir a la aplicación simultánea de varios puntos de escucha previamente determinados, métodos de triangulación e incluso la obtención de grabaciones de cantos de los diferentes machos para tratar de individualizar a cada uno de ellos (Lekuona, J. M. et al. 2017).
Los resultados indicaron que desde el pico observado en 2004, con 22 machos, se produjo una tendencia regresiva iniciada mucho antes que la de la población de Las Cinco Villas y también de la observada en el núcleo navarro de Las Bardenas. Así, entre abril y mayo de 2010 se censaron en Sariñena un máximo de 5 machos, cifra que probablemente continuó en descenso, ya que entre octubre y diciembre de 2011 únicamente se llegaron a censar un máximo de 3 individuos.
En los años siguientes la presencia del avetoro en Sariñena ha continuado siendo regular, aunque siempre de forma escasa y con ausencia de datos concretos de reproducción. Individuos aislados han sido registrados durante todos los inviernos entre 2011 y 2016, y también febrero de 2019, mientras que en primavera se han obtenido datos repartidos por los meses de abril a junio del periodo 2015-2018, estimándose la posible existencia de dos territorios en el año 2017 (AODA Vols. VIII y IX -en edición-; com. Aitor Mora) y comprobándose la presencia de al menos un ejemplar en junio de 2018 (Pelayo, E. 2020; memoria inédita).
.- Análisis de los datos recopilados durante las tres últimas décadas:
En el conjunto de la región aragonesa y durante el transcurso de los últimos 30 años (Aves de Aragón Atlas de Especies Nidificantes 1998; Rocín-AODA Vols. I al IX -en edición-) se han recopilado alrededor de 400 registros de la especie incluidos los obtenidos por escuchas, repartidos por todos los meses del año y concentrándose la mitad de ellos en dos únicas localidades: Estanca de Escorón y Laguna de Sariñena.
Del resto, buena parte corresponden a otros humedales de la comarca de Las Cinco Villas (lagunazo del Moncayuelo, balsa de la Bueta, embalses del Sabinar y Valdelafuén, estancas de Castiliscar y del Gancho, laguna de Dos Reinos y regadíos/arrozales de Alera, Tauste y Ejea de los Caballeros), además de la laguneta de la Estación de Sariñena, Estanque de Codero-Sena y otras zonas húmedas repartidas por el Valle Medio y Bajo del río Cinca (Mequinenza, Albalate y Alcolea de Cinca, Balsa de Rafales-Esplús, Monreal y Mas Blanc-Fraga, Hondo de La Unilla-Candasnos, embalses del Pas y San Salvador, arrozales de Selgua y San Miguel de Cinca, La Noria-Santa Lecina, Fonz y riberas del Cinca a su paso por Monzón y Fraga).
Destacan también las numerosas citas recopiladas tras su reciente restauración en la laguna turolense del Cañizar (Cella-Villarquemado), donde en la primavera del año 2011 se llegó a estimar la existencia de hasta tres posibles territorios ocupados (Rocín Vol. VII). Otras zonas destacables que acumulan varias observaciones a lo largo del tramo medio del río Ebro, son la R. N. de los Sotos y Galachos del Ebro (La Alfranca y El Burgo) con un último y reciente dato de un ave oída en La Alfranca a finales de marzo 2017 (AODA Vol. IX -en edición-), carrizales de Alfajarín y de Los Fornazos-Boquiñeni, y galacho de Juslibol donde ha sido citada en al menos dos ocasiones.
En el Bajo Aragón se ha observado varias veces en las estancas de Alcañiz y Chiprana, y se conoce también un dato para la Hoya de San Blasé. Otras localidades aragonesas en las que se han recogido puntuales observaciones, son las lagunas de Gallocanta y Guialguerrero-Cubel, cuenca del río Aranda, Torralba de Ribota, Ojos de la Rifa-Caminreal, El Planerón de Belchite, Salada de Agón y Balsa de Puilatos-Zuera.
En el Alto Aragón también se recopilan algunas citas aisladas en varios humedales de la Hoya de Huesca (albercas de Loreto y Castilla, carrizal y arrozales de Sangarrén-Vicién, embalses de Valdabra, Puipullín y La Sotonera), además de tres únicos datos ubicados en las estribaciones pirenaicas: un macho juvenil que colisionó contra un tendido eléctrico y que fue apresado por un perro cerca del río Gállego-Biescas a comienzos de diciembre de 2006 (Rocín Vol. VI), otro individuo que cruzaba andando la carretera de las Ventas de Santa Lucía-Graus a finales de abril 2008 (Rocín Vol. VII), y un tercer registro correspondiente a un macho cantando en las Balsas de Bescansa-Jaca en abril 2015 (AODA Vol. IX -en edición-).
A los datos presentados habría que añadir los aproximadamente 60 registros inéditos que han sido recopilados en los censos específicos llevados a cabo por personal al servicio del Gobierno de Aragón entre los años 2001 y 2019 (Pelayo, E. 2020; memoria inédita) y que añaden hasta ocho localidades nuevas para la especie, todas ellas correspondientes al conjunto de humedales de Las Cinco Villas.
El comportamiento altamente discreto del avetoro común y los hábitats por los que generalmente se distribuye, humedales de densa vegetación palustre, hacen que resulte difícil estimar su población reproductora si no es mediante la realización de censos específicos y exhaustivos, fundamentalmente basados en las escuchas de machos territoriales cantando antes del amanecer y al atardecer (White, G. et al. 2006).
Aunque sus poblaciones en el sur de Europa son eminentemente sedentarias, se acepta que aves procedentes del norte del continente invernan regularmente en nuestras latitudes (Diaz, M. et al. 1996), y son varios los datos obtenidos en Aragón de individuos registrados en localidades inusuales y en aparente paso migratorio.
Esta situación y el hecho de que los machos pueden emitir su característico canto a partir de los primeros días de febrero y hasta comienzos del verano, o incluso puntualmente durante el resto de año (tal y como se ha comprobado en nuestra región para los meses de otoño e invierno), unido a la intrínseca dificultad de su observación directa o la localización de nidos, hacen muy difícil el estimar con exactitud el grado de ocupación de los diferentes humedales donde la especie ha sido citada.
En el transcurso de los últimos 30 años y como ya se ha señalado en los apartados precedentes, su población reproductora únicamente ha sido objeto de un exhaustivo seguimiento en los humedales de las Cinco Villas y en la laguna de Sariñena, que pasan por ser las dos únicas zonas aragonesas donde la presencia de la especie ha sido más regular en el periodo de cría y también en la época invernal.
Ejemplar de avetoro hallado muerto en la alberca de Loreto
Son varias las citas recopiladas en este humedal oscense
7 de abril de 2012
Fotografía: Grupo Ornitológico Oscense
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En Sariñena, donde ya se comprobó su reproducción a mediados de los 80, los datos recogidos indican que pudo desaparecer temporalmente como nidificante hacia finales de esa década, recuperándose paulatinamente su población a comienzos de los 90 y especialmente a partir de los años 1995 y 1996 (Sampietro, F. J. et al. 1998), hasta alcanzar estimas máximas por encima de los 30 ejemplares en marzo de 2003 (Bueno, A. 2004 en Rocín Vol. V) y 22 machos territoriales censados en 2004 (Lekuona, J. M. et al. 2017), cifras que convirtieron a este humedal en el más importante para la especie en el conjunto de la Península Ibérica.
En años posteriores sus números disminuyeron considerablemente, con tan solo cinco machos detectados en la primavera de 2010 y tres individuos en otoño de 2011 (Lekuona, J. M. et al. 2017) además de varios registros de aves aisladas obtenidos durante el transcurso de los siguientes inviernos, hasta que de nuevo es localizado en época de cría para el periodo 2015-2018, llegándose a estimar la posible existencia de dos territorios en la temporada 2017 y certificándose la presencia de al menos un ejemplar en junio 2018 (AODA Vols. VIII y IX -en edición-; com. Aitor Mora).
Avetoro sobrevolando la laguna de Pitillas (Navarra)
Localidad de alta relevancia para la especie
Fotografía: Alfredo Sánchez
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La heterogeneidad de los humedales que el avetoro ocupa en Cinco Villas, caso de algunos machos territoriales que fueron detectados en época de cría y durante varios años consecutivos en pequeñas masas de carrizo de no más de 2.500 metros cuadrados (linderos de campos de arroz y ocasionales encharcamientos por falta de laboreo; Lekuona, J. M. et al. 2017), unido a la existencia de numerosas estancas, balsas de riego y lagunas potencialmente adecuadas para la especie (principalmente Moncayuelo y Dos Reinos), hacen que resulte muy complicado evaluar con exactitud el número real de aves presentes.
A comienzos de siglo entre los años 2001 y 2007, y en contraste con las cifras obtenidas en Sariñena, el número de machos censados en toda la zona se mantuvo muy bajo (entre 2 y 4) alcanzándose una estima máxima de 9 machos para los años 2009 y 2010, y apreciándose una disminución en las temporadas siguientes con tan solo tres ejemplares detectados en 2015 (Lekuona, J. M. et al. 2017).
Tal y como ya se ha señalado en esta nota, los datos más recientes obtenidos indican que la especie ha continuado estando presente en los humedales cincovilleses tanto en el periodo de cría (estanca de Escorón y zonas de arrozales) como en los meses de invierno (laguna de Dos Reinos y la propia estanca), aunque las cifras máximas alcanzadas en Escorón en ningún caso han llegado a superar los tres individuos.
Al respecto de su presencia en años recientes en la laguna del Cañizar (con hasta tres posibles territorios en los años 2011 y 2012; Rocín-AODA Vols. VII y VIII), los bajos niveles de inundación en las primaveras siguientes imposibilitaron su asentamiento en este humedal turolense y tan solo se conocen algunos datos de ejemplares aislados en mayo de 2016 (AODA Vol. IX -en edición-) y abril/mayo de 2019 (com. Aitor Mora).
Carrizales de La Noria-Santa Lecina (San Miguel de Cinca)
Localidad donde probablemente ha nidificado el avetoro
Presencia continuada para el periodo 2004-2009
Fotografía: Alberto Bueno
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En el resto de zonas húmedas aragonesas donde la especie ha venido siendo citada con cierta frecuencia a lo largo de las tres últimas décadas, e incluyendo las referencias obtenidas durante los trabajos de realización del Atlas de Aves Nidificantes con observaciones en periodo reproductor en la laguna de Gallocanta y Valle del Cinca (Pelayo, E. y Sampietro, F. J.; 1987-1991), no constan datos fidedignos que demuestren su nidificación en ninguna de ellas.
No obstante es probable que en determinadas temporadas que acumulan mayor número de registros, el avetoro haya llegado a reproducirse en alguno de los humedales del Valle Medio y Bajo del Cinca. Este sería el caso a comienzos de los 90 del tramo final del río Cinca entre Fraga y su desembocadura en el Ebro (Aiguabarreig de Mequinenza), y especialmente los carrizales de La Noria-Santa Lecina (San Miguel de Cinca) para el periodo 2004-2009, siendo además varias las citas obtenidas durante los meses de paso y la época invernal en el resto de zonas húmedas del Valle del Cinca, cuyo detalle ha sido reseñado en el apartado precedente.
En las lagunas de Gallocanta y Guialguerrero, tan solo se conocen algunos datos de ejemplares aislados para los meses de abril 1992, mayo 1995, abril 2005 y marzo 2014, mientras que en la Hoya de Huesca se han recopilado al menos 18 registros entre los años 2000 y 2019 (Rocín-AODA Vols. I al IX; com. Aitor Mora), repartidos por los meses de noviembre (n=1), diciembre (n=2), enero (n=1), febrero (n=1), marzo (n=4), abril (n=5), mayo (n=2), junio (n=1) y julio (n=1).
Por otra parte y en lo concerniente a su posible presencia como reproductor en el tramo medio del río Ebro y comarca del Bajo Aragón, la práctica totalidad de la veintena de registros obtenidos durante los últimos 30 años corresponden a aves detectadas fuera del periodo de cría, con tan solo un único dato de un ejemplar macho inmaduro que fue recogido atropellado en la estanca de Alcañiz a mediados de abril de 2014 (AODA Vol. VIII).
Avetoro común (Botaurus stellaris)
Carrizales de La Noria en el Valle del Cinca (Huesca)
1 de mayo de 2007
Fotografía: Jesús Lavedán
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A modo de conclusión y atendiendo a los datos más recientes obtenidos, mayoritariamente basados en estimas de la presencia de machos territoriales en periodo reproductor, el estado actual de sus poblaciones en la región se mantiene bajo mínimos y únicamente parece mantener núcleos estables en la comarca de Las Cinco Villas y laguna de Sariñena, sin descartar la ocupación ocasional de otros humedales como la laguna del Cañizar en Teruel o algunos carrizales situados en el Valle del Cinca en Huesca.
Las cifras máximas de su presencia reciente en Aragón fueron obtenidas durante el transcurso de la primera década del presente siglo, cuando en los años 2003 y 2004 se llegaron a estimar 20-30 machos territoriales en Sariñena, y hasta nueve ejemplares para finales de década en el conjunto de los humedales de Las Cinco Villas (fundamentalmente Escorón), si bien su presencia en Sariñena disminuyó considerablemente hasta detectarse tan solo cinco machos en la primavera de 2010.
Además y en esa misma década, es muy probable que el avetoro nidificase en los carrizales de La Noria-Santa Lecina (periodo 2004-2009) y posiblemente en otros humedales del Valle Medio y Bajo del Cinca, sin descartar tampoco su presencia puntual en otras localidades aragonesas donde se recogieron varios registros en época de cría (fundamentalmente en la comarca de la Hoya de Huesca).
A partir de 2011 y hasta la fecha, tanto en Sariñena como en los humedales de Las Cinco Villas no parece haberse superado en ninguna temporada la existencia de un máximo de 2-3 posibles territorios ocupados en cada una de las referidas zonas, aunque sí es reseñable su reciente asentamiento en la laguna del Cañizar con hasta tres posibles territorios en 2011 y 2012. En cualquier caso, el cómputo total de territorios estimados actualmente en Aragón no superaría la cifra de diez.
Alberto Bueno Mir
Administrador Blog AODA
Fuentes bibliográficas:
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Hoy durante una sesión rutinaria de trabajo he tenido la suerte de escuchar un avetoro en la Laguna del Cañizar.
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